Mujeres indígenas no pueden gobernar en sus pueblos

Mujeres indígenas no pueden gobernar en sus pueblos

29 de mayo de 2024 0 Por Redacción

Desde las cuatro y media de la mañana comienza el goteo de mujeres, algunas de ellas niñas, por las calles de un pueblo indígena tojolabal del sureste mexicano todavía en penumbra. Caminan en silencio. Unas van a moler maíz para luego preparar las tortillas del desayuno y seguir trabajando en la casa. Otras van a recoger leña que traen en burros. Algunas se apresuran a acabar sus tareas para llegar puntuales a la escuela.

Horas más tarde, toca hablar. Un grupo de chicas y chicos se acomodan en un aula del bachillerato de Plan de Ayala para reflexionar sobre su futuro, la igualdad de género y el papel de las mujeres en esta remota comunidad indígena del estado de Chiapas, el más pobre de México.

Jeydi Hernández de 17 años, quiere ser veterinaria y jugar al baloncesto, aunque su primer intento de formar un equipo fracasó. “Éramos 12 pero mis compañeras se casaron y solo quedamos cuatro”. Madaí Gómez, de 18, se queja de no poder opinar en su propio pueblo. “Ellos piensan que las mujeres no saben”.

Dos mujeres indígenas dirigen la charla, a la que asisten docenas de jóvenes. Hace años, una iniciativa así no habría tenido tan buena acogida, dicen las educadoras. El cambio llega, aunque lentamente.

Hace 70 años que las mexicanas lograron el derecho al voto y el país se alista para elegir a su primera presidenta pero algunas mujeres indígenas que votarán el próximo 2 de junio, siguen sin tener voz en sus propias casas o en sus comunidades.

En Plan de Ayala, igual que en otros rincones de México, las mujeres no pueden ser autoridades. Los hombres establecen las prioridades. Ellos deciden cómo gastar los recursos: ¿reparar la escuela o el parque? Tienen un registro con los mil 200 hombres adultos de la comunidad pero solo pueden especular sobre el número de mujeres aunque los nombres de ellas sí aparecen en el censo electoral.

No está claro cuántas comunidades en México funcionan así, no hay datos al respecto. Pero es una de las muchas contradicciones en las que vive una parte de la población mexicana marginada desde hace siglos.

Sin embargo, cada vez más mujeres indígenas trabajan para cambiar esa situación, poco a poco, gracias al empuje de las nuevas generaciones.