Rescatista nayarita que viajó a Turquía pide profesionalizar servicios de emergencia
5 de marzo de 2023Redacción
Pablo Francisco Vega Guzmán es un joven nayarita de 23 años, quien desde los 15 decidió ser rescatista y durante febrero acudió a Turquía, como parte de Topos Azteca a realizar salvamentos tras los sismos. A su vuelta pide a los gobiernos profesionalización en lugar de reconocimientos.
Tiene 8 años de experiencia como rescatista y ya trabajó en Guatemala tras las erupciones del Volcán de Fuego en 2018; en los sismos de Oaxaca y Ciudad de México en 2017, y otras labores locales. Estudió una licenciatura en Derecho y su especialidad en Criminalística.
Del 8 al 26 de febrero, casi tres semanas, Pablo estuvo en Hatay, Turquía, donde con su equipo lograron rescatar después de 8 horas de trabajo a una persona que se mantuvo 5 días con vida, atrapada entre escombros de un edificio.
También rescataron a ocho personas sin vida, incluyendo dos menores de edad.
A su vuelta, dijo que no quiere reconocimientos —que no le han ofrecido de modo local— en cambio pide a las autoridades que planeen una escuela con reconocimiento y validez oficial, para bomberos y rescatistas con la finalidad de que dejen de ser vistos como personas que no encontraron otro empleo.
“No le voy a pedir equipo ni nada pero un bombero es empírico, de experiencias, de cursos, de capacitaciones, ya sería más crear una academia tipo Estados Unidos, Canadá, que son de formación para que ya no nos digan ‘ah pues ser bombero, es un trabajo para que si no estudias pues puedes ser bombero’, pero que sea una academia bien registrada ante la SEP”.
Pablo dice que uno de los principales retos fue trabajar con temperaturas de hasta menos 3 grados, pero aseguró que esto ayudó a trabajar horas continuas y a preservar algunos restos, y evitar la deshidratación de personas con vida.
“Prácticamente no me da miedo nada porque cuando tú dudas y entras con miedo a un lugar las cosas salen mal”.
Hace dos años ingresó a trabajar formalmente al cuerpo de bomberos de la Dirección de Protección Ciudadana del Estado de Nayarit. Ya es especialista en estructuras colapsadas.
Dijo que esto lo trae en las venas porque su papá fue bombero en la Ciudad de México hace muchos años.
Sostuvo que unas de las mejores experiencias de su viaje a Turquía —que fue costeado por él y su familia— fue aprender técnicas y el compañerismo que hubo entre brigadas de todos los países.
“Me pareció muy bien que el gobierno de Turquía no te preguntaba de dónde venías. Si ibas a ayudar te apoyaban; incluso al tener que pasar por Ucrania o quienes pasaron por territorio ruso no tenían problemas, y ya ahí lo rescatistas se prestaban el equipo o intercambiaban especialistas, contrario a lo que pasaba aquí en la Ciudad de México que cada quien quería trabajar con sus propias cosas”.
Pablo destacó la organización del Comando Nacional de Emergencias ante Desastres (AFAD) del gobierno de Turquía, quienes junto con la ONU y otros organismos establecieron campamentos con áreas seguras para atender principalmente a niños y niñas, donde montaron escuelas, hospitales y otros servicios.
Pero su apoyo fue más allá de la asistencia en el lugar, porque organizó un grupo de apoyo con nayaritas, quienes desde el estado o viviendo en Estados Unidos y Europa enviaron ayuda humanitaria.
En las próximas semanas se reunirá con el equipo de Topos Azteca Nayarit para contarles su experiencia y hablar de sus técnicas, entre ellas una muy criticada porque ingresan a los edificios de modo lateral, a partir de un hueco, que apuntalan con maderas u otros materiales, e ingresan a los sitios para rescatar al mayor número de personas. Sin embargo, esta estrategia pone en riesgo a los brigadistas.
Fuente: Aristegui Noticias